martes, junio 27, 2006

Urbano.


Parece falso. El cielo, el aire, las nubes.
Es rara, la brisa, las hojas que bailan al ritmo del viento contaminado de humo y ruido.
Mientras doy pasos que se agitan entre el tumulto de gente acelerada, insatisfecha, acostumbrada a lo adverso. Gente que no se detiene un minuto a contemplar la falsedad del entorno sucio y mal oliente de una ciudad destruida.
Aveces tengo ganas de habitar otros paisajes. Acostumbrada a la tranquilidad de otros entornos.
Esperar tranquilo a que pase lo que tiene que pasar, disfrutando en la medida necesaria incluso de los agobios.
Me suena absurdo vivir para trabajar, no tener el tiempo de sentir el frio del invierno, la nostalgia del otoño, el calor del verano, la femenina primavera.

Y aqui estoy, acostumbrandome a soportar lo insoportable, a ver crecer en entorno y no los arboles. Acostumbrandome a soportar el viento amargo, el grito de las sirenas, el ir y venir de luces que marean.

En tanto, no me queda mas que aguantar.

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